El pasado 6 de Septiembre logré un reto que me propuse junto a mi entrenadora personal en Mallorca a comienzos de año: acabar una travesía que se hace cada año que consiste en nadar 7km desde la bahía de Formentor a Malpas (Alcudia) y me gustaría compartir lo aprendido por si a alguien le puede servir.
Antes de nada quisiera aclarar varias cosas:
- La primera es que no me considero un deportista profesional/amateur, ni mucho menos. Sólo soy una persona a la que el deporte le cambió la vida y ahora le gusta hacer deporte y disfrutar con ello. Nada más.
- La segunda es que si esperas en este post ver un comentario sobre los entrenos en concreto que hacía, etc creo que este no es tu post. Lo siento. En lugar de eso he preferido hablar de todo lo que me ha enseñado preparar este reto desde Enero y te advierto que la mayoría de cosas no van sobre deporte 🙂
Me ha quedado un poquito largo así que si quieres olvidarte del proceso e ir a las conclusiones busca el título «Conclusiones». Para los no-impacientes, sigan leyendo… 🙂
El origen de todo
¿Qué me motivó a hacerlo? Pensé: te gusta nadar, el año pasado hiciste 1.8km sin problema y no te agotaste… pues si pudiste hacer 1.8km sin agotarte, podrás hacer 7km… total, son sólo 3 veces y algo más esa distancia. Eso fue tal cuál lo que pensé y he de reconocer viéndolo ahora con perspectiva que no lo pensé muy bien, si no posiblemente no me habría embarcado en esta aventura (¡bendita locura! :D)
A partir de ese momento empecé a entrenar en el gimnasio, alguna actividad dirigida, salir a correr de vez en cuando, etc. Aunque todavía no estábamos planificando el reto directamente, seguía manteniendo el ritmo de deporte que llevaba haciendo hasta el momento y disfrutaba de ello.
Las cosas se ponen serias
Allá por Mayo- Junio empezamos a preparar otras pruebas que quería hacer previas a la «grande» de 7km nadando. Había una carrera, uno o dos acuatlones, etc con lo cual intensificamos el trabajo en sala + deporte. Es decir, que 5 o 6 días a la semana me los pasaba yendo por la mañana y por la tarde al gimnasio. Por las mañanas hacía sala y por las tardes me tocaba o correr o 1 o 2 días piscina. En ese momento empecé a notar un ligero cambio dentro de mi. Lo que antes era un ‘hobbie’ se estaba poniendo más duro y ya no creía tener esa libertad que tenía antes con el deporte de decir… «bah, hoy no entreno» o al contrario, «uy, hoy me apetece salir a correr un rato». Estaba todo medido al milímetro, planificado y sin posibilidad de saltarme nada. Vamos, que lo empezaba a sentir como una obligación y sin embargo nadie me obligaba a nada, yo solito lo había elegido. En ese momento fue importante darme cuenta de eso que parece tan evidente: tú solito lo has elegido. La palabra clave es comodidad, mi mente quería comodidad que casi nunca lleva a la felicidad. Si la comodidad fuera felicidad nos quedaríamos todo el día en casa sin ir a trabajar, o no habríamos aprendido a andar, etc. Por ello cada vez que me notaba quejándome era importante recordar el por qué iba a entrenar, el objetivo que quería lograr, y que lo mejor que podía hacerlo para lograrlo y llegar en buenas condiciones era entrenar.
En paralelo a ello, en mis entrenos de piscina vi que entrenaba pero no avanzaba, estaba convencidísimo que necesitaba un punto más, que necesitaba aprender técnica de nado para intentar optimizar mis movimientos en el agua y que mucho mejor aprenderlos ahora que no hacía mucha piscina que cuando la cosa empezara a ponerse seria. En ese momento empezamos a trabajar con Isabel Salvà, una de las colaboradores del equipo de mi personal trainer, la cuál enseñó como debían ser los movimientos, etc. Recuerdo todavía su cara de «estás como una cabra» cuando me preguntó: bueno, ¿y qué retos tenéis en mente prepararos? Le dije «la travesía de Formentor de 7km» y sus palabras fueron: «eso es como querer hacer una maratón sin haber hecho antes una de 5km».
Empezamos con el mar
Pasaron los acuatlones y seguía manteniendo entrenos pero me di cuenta que realmente lo que era correr o nadar pues aguantaba por el nivel de deporte que hacía, pero no es que estuviera haciendo nada específico ni esforzándome un montón. Obviamente tampoco había una mejora importante.
Hubo un punto de inflexión con respecto al mar. Esto fue ver un video de la vuelta a nado a Formentera que organiza Respiralia cada año. Total, que dicho y hecho: me apunto. Me gusta Formentera, me gusta nadar, me gustan las causas benéficas… todo encaja. Además, puede ser un buen punto para empezar a tomarme en serio lo de nadar y empezar a probarme en distancias más largas. En esos 3 días me lo pasé genial: nadar, gente de muy buen rollo, tomar el sol, dj y mojitos,… un lujo. Aunque volví algo desanimado ya que empecé a ver que algunas distancias (3km, 4km,…) empezaban a ser ya distancias considerables en mar y yo me veía muy «pez» todavía en ello. Había mucho nivel en alguna gente que acudía estos eventos, etc y lo mío era un cachondeo comparado el nivel de esa gente (apenas entrenaba!!!!). Además de que acaba algunas etapas agotado, con molestias en hombro, etc. Total, que al volver pensé… «venga, déjate de historias que tu no puedes hacer 7km, ya has visto como te ha ido». Nuevamente, mi mente jugando a engañarme me decía que yo no tenía ese nivel, que era imposible hacer 7km nadando y que para qué lo iba a intentar si total no iba a acabar… «ya si acaso el año que viene, con más tiempo para prepararme», etc. Nuevamente mi mente seguía en busca de la comodidad así que dejé de hacerle caso y me dije… «seguramente la diferencia entre ellos y tú es que ellos entrenan más. y es obvio que tu vas a entrenar más con lo cuál llegarás a ese nivel».
Lo siguiente fueron 2 mini hitos. 2 travesías de 5km cada una para ver qué tal. Para aquel entonces me tomaba una pizca más enserio lo de los entrenos en pisicina y mar. Ya habían pasado los acuatlones con lo cual solo me quedaba mar, mar y mar. De todos modos mis entrenos eran muy light comparado con lo que estaba por venir. La primera travesía de las 2 fue «genial», mi mente no sabía si podía hacer o no hacer los 5km, no tenía experiencia previa, con lo cuál la mejor forma de probarlo era hacerlo. No esperaba nada, podía acabar o no acabar, pero creía que merecía la pena intentarlo sólo por el hecho de ‘probarme’. Hubo mala mar, etc y aún así acabé (con un tiempo de 2h20min) La segunda travesía fue más dura a nivel mental, el mar y las condiciones estaban mucho mejor aunque al tener que dar 2 vueltas al circuito y al ya haber hecho antes esa distancia me empecé a preocupar por el tiempo, por si iría mejor o peor que la otra vez y para más inri al empezar la segunda vuelta era en plan… «uf, te queda todavía otra y mira, no ves a nadie, te has quedado descolgado», etc. ¿La clave? no pensar mucho en ello y seguir.
Llega el momento de preparar el reto + reto conseguido
Aquí ya de nuevo hicimos un entreno con Isabel en el cual recordamos toda la técnica y como teníamos sólo 1 semana y algo para prepararlo nos centramos en optimizar el tiempo al máximo, entrenar más duro, y entrenar lo básico e imprescindible para que acabara en buenas condiciones la travesía. Aquí si que fueron semanas duras. Levantarse pronto, luchar contra uno mismo y el aburrimiento de pasarte casi 2h en la piscina, y pensar en muchas ocasiones en la gente que se dedica profesionalmente a esto, el nivelazo que tiene y la cantidad de trabajo que hay detrás. Os admiro, de veras. Cuando hay olimpiadas por ejemplo vemos a los atletas y hacen cosas espectaculares con su cuerpo. Lo que no vemos es la ‘magia’ que sucede detrás, la de horas que hay metidas en cada entreno, en perfeccionar un simple movimiento, etc.
El 6 de Septiembre fue el reto y lo disfruté mucho. Los 5 primeros kilómetros me pasaron volando e hice mucho mejor tiempo que las ocasiones anteriores (1:45), los 2 últimos se hicieron muy cuesta arriba, cansancio brazos, piernas. Para la próxima vez llevaré algún gel recuperador para que me aporte energía al momento y pueda acabar mucho más ‘fresco’. Cuando ya llevas casi 2h nadando, por mucho que te hayas alimentado bien esos días previos y el mismo día, tu cuerpo empieza a quedarse vacío de energía y necesita gasolina. Aún así, lo tengo claro, el año que viene repito 🙂
Conclusiones
A veces da la sensación de que elegimos circunstancias o nos proponemos retos sin saber muy bien por qué. Sólo cuando los hemos superado nos damos cuenta de todo lo que hemos aprendido en el camino y eso es lo verdaderamente importante y no la experiencia puntual de lograrlo o no lograrlo. Se que suena a tópico el dicho de «lo importante es el camino no la meta» pero en este caso lo siento completamente así. Hubiera acabado o no pesaba mucho más lo aprendido DURANTE que esas casi 3h nadando.
He aprendido muchas cosas a nivel personal y sobre todo he aprendido cosas que pienso aplicar a mi vida diaria. Seguramente al leer estos puntos muchos penséis que lo que pongo es bastante evidente a lo cuál os digo que sí, que tenéis razón incluso diré que lo que pongo es únicamente información y que no sirve de nada si no se pasa a la acción. Hasta que no ponemos en práctica la información ésta no se transforma en conocimiento para uno mismo, que es lo verdaderamente importante y que es capaz de lograr un cambio real en la vida de las personas.
- Si mimas tu cuerpo, tu cuerpo te mima. Muchos hemos oído la expresión «somos lo que comemos», «la alimentación es la gasolina del cuerpo», etc y aunque suene a tópico la alimentación es clave en el día a día y sin embargo no te das cuenta hasta que le empiezas a dar un poco más de caña a tu cuerpo. En mi caso llevo una alimentación que hasta ese momento consideraba sana pero al darle más caña al cuerpo es necesario hacer hincapié en cuidar más la alimentación. El día que comía o cenaba mal y luego tenía entreno lo notaba horrores… tu cuerpo no responde igual ni de lejos. Sudores, digestiones pesadas, hinchazón en la tripa,… Sin embargo, cuando era constante comiendo lo planificado, etc tu cuerpo aprovecha mucho más toda la energía que le das. Puedo decir que estoy contento de haber experimentado esto y de haber mejorado la alimentación en mi día a día después de esta competición.
- Constancia. Nos cansamos muy pronto, nos gusta lo fácil pero precisamente lograr lo difícil es difícil. Pero no difícil porque no se pueda lograr, si no porque requiere de ser muy metódico, requiere de mucha constancia. Levantarse cada mañana a las 6 para estar a las 7:30 nadando y luego pasarte el resto del día en el trabajo. Hay días que vas con sueño, otros días llevas agujetas acumuladas del día anterior, etc. Y por arte de magia descubres que por el simple hecho de repetir algo cada día cada vez vas mejorando y sintiéndote mejor. La clave es no parar y repetir, repetir, repetir,… y cuanto más grande es el reto más constancia requiere.
- Disfrutar del deporte. Ya lo disfrutaba hasta ese momento, pero comparado con lo que disfruto ahora era un 60%. El hecho de centrarse sólo en el objetivo te hace perder parte del camino, que como he dicho y bajo mi punto de vista es la parte más importante. Hasta ese momento mi relación el deporte estaba basada totalmente en resultados: quiero un cuerpo así o asá, quiero lograr este objetivo en este tiempo, etc hasta el punto en que fruto de esa fijación nunca estaba 100% disfrutando. Que nadie se confunda, es totalmente lícito lograr lo que uno desea pero es imposible lograr exactamente todo como lo deseas, la clave es trazar la línea hacia tu objetivo e ir hacia allí pero ser lo suficientemente flexible para adaptarse a los nuevos caminos que te van saliendo. Si lo piensas es muy complicado que todo salga como lo deseas al 100%. Mucha gente se frustra con el deporte, oyes cosas como «vaya mierda de carrera, he subido 2minutos más de tiempo que el año pasado» y me parece una memez. Cada día es diferente y tu cuerpo reacciona de forma diferente, si has entrenado duro ten por seguro que las probabilidades de mejorar son mayores… a partir de ahí, déjalo estar porque no lleva a ningún lado.
- Competitividad. Muchas veces, en muchos ámbitos y no sólo el deporte, hay una competitividad que roza lo enfermizo. A todos nos gusta hacerlo lo mejor que podemos, superarnos, etc y eso es todo genial… el problema viene cuando empezamos a compararnos con el resto y queremos ganarles a toda costa. Y es que, nos guste o no, las personas no somos comparables: yo no tengo los brazos que tiene una persona que lleva 4 años nadando, ¿tiene sentido que quiera superarle? o ¿tiene sentido que me queje de que su corazón bombee más rápido que el mío? En estas competiciones era de los que llegaba últimos, ¿y qué? Creo que se trata de ir mejorando uno mismo, ir perfeccionando lo que haces y adquiriendo más soltura… así llegan resultados y logras hacerlo «mejor» que otros. Ahora bien, quedarse sólo con el resultado o querer ganar a toda costa, eso es de locos…
- Puedes lograr lo que quieras. Y no, no es una frase de autoayuda, es una realidad como un templo. Tan sólo piensa lo que necesitas para llegar a donde quieres y avanza hacia allí, saldrán ayudas por el camino y también trabas que te harán crecer ya que forman parte de ese camino que querías recorrer pero cuando llegues dirás… mereció la pena. Ah, sólo hay un corolario a esto, y es que: hay que ser lo suficientemente humilde para admitir las cosas que SÍ dependen de ti de las que NO dependen de ti. Y olvidarte de las segundas. Como te empieces a preocupar por las segundas sufrirás y no lograrás nada… yo puedo votar en las elecciones pero no puedo asegurar que vaya a ganar el partido al que voté (sería un error suponerlo) y así con todo 🙂 Yo podía entrenar, hacer los entrenos lo mejor posible, llegar tranquilo al día de la competeción, etc ahora bien, no podía asegurar que el día de la travesía me fuera a dar un calambre o me picara una medusa… si me hubiera preocupado de eso lo habría pasado chungo
- No te tomes las cosas demasiado en serio. En este tipo de competiciones a veces es difícil ver dónde está la línea que separa el «quiero intentar hacer esto lo mejor posible y a ver si mejoro tiempo» del «necesito superar al resto para así sentir que sigo siendo el puto campeón». Que nadie se lo tome a lo personal pero en ocasiones pareciera más una proeza para realzar el ego que una simple competición con gente a la que se va uno a disfrutar, pasarlo bien e intentar hacer el mejor tiempo posible para superarse. Es importante saber por qué haces las cosas porque si realmente lo haces por ego nunca vas a sentirte satisfecho con nada que hagas, siempre querrás más y más. Además, es una carrera, aunque ganes no se va a acabar el hambre en África ni va a llegar la paz al mundo.
Gracias
Por último y no menos importante. GRACIAS a todas las personas que me ayudásteis a preparar este reto, a los que me apoyásteis,a los que os cruzásteis conmigo y me dijísteis: «ey, estoy siguiendo tu reto por Facebook, mucha suerte», a los que me escuchásteis y ayudásteis los días que no tenía las cosas tan claras y a los que, al margen de este reto, formáis parte de mi vida. Muchas gracias.