Qué tiene que ver el precio del café de Starbucks con el de tus servicios profesionales

Ayer estaba desayunando tranquilamente en una cafetería y, debido a lo cómodo que me sentía en ella, lancé en Facebook la siguiente pregunta:

2016-05-27 07_54_48-Iván de Benito

Empezaron a llegar respuestas de todo tipo que básicamente se englobarían en…

  • Ha conseguido ser una marca que destaca y ‘cool’ como Apple que está de moda
  • El café es de mayor calidad y eso se paga
  • La gente es ‘idiota’, se deja engañar por el ‘marketing’, por eso paga más
  • Está localizada en lugares estratégicos
  • Mucho ‘valor añadido’ (wifi gratis, personalización,..)

Muchos de esos puntos que se mencionan podrían ser perfectamente extrapolables a el ámbito profesional de cada uno de nosotros tal que así:

  • Es un profesional con una marca personal que destaca
  • Tiene muchos conocimientos, ayuda mucho y… eso se paga
  • La gente es ‘idiota’ y se deja engañar por el ‘marketing‘, por eso le pagan más
  • Es un profesional visible y resulta muy fácil encontrarle
  • Aporta muchísimo valor extra

Bajo mi punto de vista todos y cada uno de los puntos marcados en negrita son IMPRESCINDIBLES para ser un profesional bien pagado, pero hay uno que sin duda faltó. Uno intangible. Y es: lo que se experimenta en esos lugares. Y los seres humanos, de forma innata, queremos vivir experiencias placenteras y agradables… y en esos lugares se recrea ese tipo de experiencia como si fuera la banda sonora de una película (que no es lo principal, pero acompaña toda la película provocándonos sensaciones).

Si los seres humanos fuéramos seres puramente racionales no habría apenas ninguna diferencia entre todas las distintas variedades de coches actuales, más allá del color y la estética por fuera. Iríamos al concesionario y diríamos: «quiero el rojo». Nos lo envolverían con un lacito y nos lo llevaríamos. Sin embargo hay algo más. Por ese motivo una persona compra un Audi y otro compra un Seat.

Llevándolo al terreno profesional, y más concretamente al precio, sucede exactamente lo mismo. Un profesional necesita…

Tener una marca personal que lo diferencie de la competencia

Ya no sirve simplemente decir que eres coach, o que eres entrenador personal o nutricionista. Eso es una ‘marca blanca’. La marca personal también cuenta.

Tus clientes no sólo te pagan por lo que haces y por los resultados que les das, si no por quién eres. Tu marca personal te destaca del resto. Y tiene todo el sentido del mundo… si haces un buen trabajo cada vez más personas van a querer trabajar contigo y eso obviamente generará que las personas estén dispuestas a pagar ese valor contigo y no con otra persona.

Ser un profesional con conocimientos

Formarte, aprender, investigar… tus clientes te pagan por que estés al día de todo. Si dejas de crecer empiezas a decaer y un profesional que decae, tarde o temprano, tiene los días contados.

Marketing profesional

Y aquí la palabra «profesional» tiene doble sentido. El primero es que obviamente como profesional has de dar a conocer tu labor a cuantas más personas puedas, mejor. Y eso es el marketing. Y en segundo lugar porque no sirve cualquier tipo de Marketing sino que el Marketing que necesitas hacer es Marketing que te destaque, que sume y que demuestre lo buen profesional que eres.

Visibilidad profesional

Hay muchos profesionales buenos que permanecen invisibles al público. Si sigues esperando a que los clientes vengan a tocarte a la puerta sin hacer nada… seguirás haciéndolo eternamente. Tan importante es ser buen profesional como que otras personas lo conozcan. Sin visibilidad no existes. Y si no existes no puedes ayudar a las personas.

Aportar muchísimo valor

Mucho. Muchísimo. Cuanto más, mejor.

Primero por ti, porque sabes que profesionalmente puedes dar ese puntito extra que otras personas no dan. Segundo por tu cliente, se lo merece. ¿Y sabes qué? Aportar valor es uno de los mecanismos que marcan la diferencia a la hora de contratar a un profesional (y no su precio necesariamente)

Y hasta aquí mi reflexión sobre este asunto. Muchísimas gracias a todos los que habéis participado de este debate.

¿Y tú, como profesional, qué opinas?