¿Cómo aprovechar tu energía y desarrollar tu máximo potencial?

productivity

Vivimos sumidos en un ajetreo diario. Un ajetreo de decisiones, responsabilidades y multitudes de acciones que tomamos cada día. En ocasiones, fruto de nuestros hábitos nocivos, el cuerpo dice: BASTA. Y se cansa, se tensa y no nos permite disfrutar de nuestra vida al máximo potencial.

Creo que leyendo todo lo anterior todos nos sentimos o nos hemos sentido identificados con esta situación en algún momento de nuestra vida y todos somos conscientes de que nos gustaría vivir una vida feliz al mismo tiempo que vivimos realizando las cosas que nos apasionan.

Fruto de esa inquietud he recopilado lo que he podido experimentar y comprobar en mi mismo que funciona para aprovechar al máximo nuestra energía diaria y poder desarrollar nuestro máximo potencial al mismo tiempo que somos felices. Es probable que algunas de las cosas que comente suenen ‘extrañas’ o que no tengáis la misma opinión al respecto… tranquilos, no pretendo convencer a nadie, sólo compartir lo que he experimentado por mi mismo por si a alguien más le puede resultar útil.

Y sin más dilación… vamos a ello.

Las reservas de energía

Toda persona dispone de un nivel de energía al iniciar cada día. Ese nivel de energía depende en esencia de diversos factores como: alimentación, calidad del sueño, tipo de pensamientos, etc. A partir de ese nivel de energía, a lo largo del día vamos realizando acciones que o bien suman o bien restan energía. Diremos que algo suma energía o vitalidad cuando contribuye a hacernos mantener un estado de atención o concentración elevado y diremos que nos resta energía o vitalidad cuando va minando parte de esa energía de la que disponemos actualmente.

Suman energía acciones como: alimentarse correctamente, hacer deporte, hacer lo que nos proponemos, practicar meditación o hacer una siesta pequeña. Restan energía acciones como: tomar decisiones, vaguear, comidas copiosas, pensar mucho, etc. No quiere decir que haya que realizar solo unas u otras. Sería una majadería por ejemplo no tomar decisiones sólo porque resta energía o sólo hacer deporte porque suma energía y olvidar nuestros compromisos diarios. Sin embargo, si que es importante ser consciente de las acciones que nos suman energía o las que nos restan energía.

Bajo este nuevo paradigma, lo ideal consiste en mantener un nivel de energía lo más constante posible para mantener nuestros niveles de productividad, felicidad y atención al máximo nivel a lo largo del día. Y…. ¿cómo podemos lograr eso?

Adapta tu vida a tu nivel de energía

Nuestro cuerpo sigue habitualmente un flujo de energía basado en la naturaleza. Más concretamente se adapta al denominado ritmo circadiano que significa que cuando empiezan a salir los primeros rayos de sol, el cuerpo empieza a segregar serotonina lo cuál va indicando a nuestro cuerpo que «ha llegado el momento de despertarse». Lo mismo sucede por la noche cuando empieza a segregar melatonina para que vayamos a dormir.

Además de esto comentado anteriormente, es sabido por todos que hay personas que se levantan por la mañana y les cuesta más arrancar. Según avanza la mañana van alcanzando su máximo rendimiento y por la noche siguen todavía activos (buhos). Otros en cambio se levantan frescos y con su nivel máximo de energía de buena mañana (alondras) y la van «desgastando» a medida que avanza el día. Esto se denomina cronotipo.

Por tanto, lo más recomendable en primer lugar es adaptar tu vida en la medida de lo posible a tus niveles de energía. Seguramente a lo largo del día detectarás momentos cumbre (momentos de máxima energía) y momentos valle (momentos de baja energía). Aprende cuales son tus momentos valle e introduce actividades que te ayuden a remontar y recuperar ese nivel de energía.

Descansando bien

No descubro nada nuevo si digo que el descanso reparador es una parte muy importante que nos ayuda a recargar nuestros niveles de energía. Lo que pocas personas conocen (yo lo desconocía hasta hace unos meses) es que, continuando con lo comentado en el apartado anterior, cuanto más nos adaptemos al funcionamiento del sueño mayores niveles de descanso lograremos.

¿No te ha sucedido alguna vez que duermes sólo 3h y te levantas completamente renovado? o bien que ¿descansas 11horas y te levantas hecho polvo? Eso puede suceder porque tienes preocupaciones que te inquietan y te han  hecho pasar una mala noche (hablaremos de ello más adelante) o bien porque te has despertado en mitad de un ciclo de sueño. Sin extenderme mucho diré que tiene que ver con en qué fase del ciclo de sueño nos hemos despertado (más info aquí). Por tanto lo ideal es levantarse o bien al inicio de la fase1 o bien a punto de finalizar la fase4.

Para ‘cuadrar’ nuestras horas de sueño con estos ciclos os recomiendo emplear http://sleepyti.me/ el cuál nos ofrece darnos la hora en que debemos irnos a dormir para levantarnos a la hora deseada, o bien si nos vamos a dormir en ese momento a qué horas podemos despertarnos. Lo llevo probando varios meses y ¡funciona de maravilla!

Cuida tu cuerpo

Otra área fundamental en lo que se refiere a mantener un nivel de energía alto consiste en cuidar de nuestro cuerpo, es decir, darle a nuestro cuerpo el combustible necesario para mantener un nivel de energía óptimo. Y ello ¿en qué se traduce? en niveles de proteína, hidratos de carbono y vitaminas adaptados a nuestras circunstancias.

No soy médico ni nutricionista y no se me ocurriría recomendar ningún tipo de dieta a nadie porque no tengo los conocimientos, no obstante, en los últimos meses he leído muchas cosas al respecto de la «dieta paleo», «dieta vegana», «ayuno intermitente», etc. En ese punto creo que es mejor que un profesional de la salud o alguien entendido en nutrición nos recomiende la mejor opción según nuestras necesidades personales. Particularmente sigo una dieta vegetariana y he podido experimentar que mis niveles de energía son más altos, mi cuerpo se recupera antes de la fatiga y las digestiones son mucho más livianas (además de contribuir al bienestar de los animales, eso ya va en función de cada uno y sus creencias).

Otro punto importante en el cuidado del cuerpo es el deporte. Realizar un deporte que nos guste es importante para mantener un nivel de energía y endorfinas altos. Mi recomendación al respecto es realizarlo en esos momentos en que nuestro nivel de energía baje. En mi caso, detecté que a eso de las 4-5 de la tarde mi nivel de energía baja… pues bien, en ese momento me calzo las deportivas y salgo a hacer deporte al aire libre. Eso me permite que, al llegar a casa de nuevo, tenga casi el mismo nivel de claridad mental y energía que por la mañana.

En definitiva…si cuidamos nuestro cuerpo, él cuidará de nosotros y nos permitirá expresarnos a nuestro máximo potencial.

Cuida tu mente

Tendemos a pensar que productividad es sinónimo de multitarea… y no podríamos estar más equivocados. Si así fuera podríamos realizar varias tareas a la vez sin que se viera afectado el nivel de calidad del trabajo que hacemos; y todos sabemos que no es así, y que nuestra mente y nuestro trabajo se resiente de ello. Prueba a mantener una conversación con tu pareja al mismo tiempo que piensas en pintar las paredes de casa, o prueba a realizar una presentación a inversores al mismo tiempo que te ocupas de comprar unos vuelos. Te darás cuenta que, cada vez que saltas de tarea, necesitas un tiempo para estar plenamente atento y pensar en lo que estabas haciendo y retomarlo donde lo habías dejado.

Además de ello por si fuera poco, y pese a que a veces no nos damos cuenta, nuestra mente está saltando de un tema a otro al igual que un mono se engancha de una rama a otra con lo cuál no podemos mantener un nivel de concentración bueno en nuestro día a día. Este salto de pensamientos nos resta también energía.

Por suerte existe un método milenario que nos ayuda a enfocar nuestra atención: la meditación. No, la meditación no es retirarse a una cueva, o estar un punto ‘zen’ todo el día ,ni mucho menos ‘dejar la mente en blanco’. Todo ello son conceptos malinterpretados sobre lo que realmente es la meditación. La meditación en tibetano significa «cultivar la mente» y trata básicamente de concentrar TODA nuestra atención en algo. Habitualmente suele ser en la propia respiración aunque también podemos hacerlo con un punto en una pantalla, una imagen fija en nuestra mente, o lo que deseemos. Y la gracia del asunto consiste en que hay que intentar mantener el foco en ese objeto de meditación el máximo tiempo posible. Lo normal es que nos vayamos despistando durante el proceso, no pasa nada, la idea es retomar el foco donde lo habíamos dejado. Igual que un culturista no puede pretender levantar peso sin haber desarrollado un buen músculo, una persona que practica meditación no puede pretender mantener un foco constante sin haber perdido la atención.

Una vez vayamos progresando, nos daremos cuenta que cada vez nuestra atención es más constante y que logramos efectos buenísimos ya que entre otras cosas incrementa nuestro nivel de felicidad. Si quieres aprender de alguien que sabe del tema creo que este vídeo de Jordi Wu (vida productiva) es bastante bueno (https://www.youtube.com/watch?v=IQEQBTeqMnI)

¿Te imaginas que pudieras estar trabajando sin despistarte? ¿Te imaginas que alcanzaras un nivel de concentración tal que pensaras a una velocidad mucho más rápida de lo habitual? En eso te puede ayudar la meditación.

Vigila tus pensamientos

No se trata de buenrollismo, ni de positivimos por que sí. Eso no hace nada. Se trata de vigilar el tipo de pensamientos que tenemos a diario para lograr, con trabajo a nivel personal, cambiar el tipo de pensamientos que nos asaltan a diario. No vas a cambiar de la noche a la mañana, te ha llevado toda una vida ser como eres, sin embargo si que es cierto que existen pensamientos capacitadores y pensamientos limitantes. Los primeros te abren un mundo de posibilidades y te permiten barajar sin restricciones entre varias opciones; los segundos te restan capacidad de elegir y eso se nota en tu nivel de energía y en consecuencia en tu nivel de felicidad.

No existe realidad como tal, la creas a diario con tus pensamientos. Y no, no es ningún concepto filosófico ni espiritual. Veamos, supón que tu sueño es trabajar en Facebook y que vas con toda la voluntad del mundo a la entrevista de trabajo y te rechazan. Existen dos formas de ver eso que ha sucedido:

– Oh, Dios, mi vida no vale nada. Acabo de perder la oportunidad de mi vida. (lo he exagerado para que se vea el matiz 😉 )

– Bueno, no pasa nada, esto ha sido una oportunidad para dedicarme a realizar algún proyecto grande

Esto último debió ser seguramente lo que pensó uno de los fundadores de Whatsapp cuando le sucedió… y no hace falta que te cuente el resto (http://www.20minutos.es/noticia/2066461/0/fundador-whatsapp/rechazado-trabajo/facebook/)

Se consecuente con tus decisiones

Cuantas menos decisiones debas tomar, mejor. Ello incluye entre otras cosas pensar qué vas a hacer al día siguiente o cosas tan simples como ¿qué camisa me pongo?

Cuantas menos decisiones necesites pensar, mayor será tu nivel de energía ya que no deberás de ‘gastarla’ para elegir la mejor opción. Una vez decididas, se consecuente con ella y realízala. Si no la haces va a quedar en ti una sensación de malestar y la insatisfacción contigo mismo e igual que una bola de nieve, va a hacer que te sientas mal por no haber hecho lo que te propusiste.

Cuanta más alineada esté tu forma de pensar con tu vida y tus decisiones, mayores niveles de energía podrás lograr.

 

 

 

Y vosotros ¿qué recomendaciones daríais a alguien para que pudiera alcanzar su pleno potencial?